
Cumple representaciones El Sótano

Por: Carlos Alberto García
En medio de ruidos extraños, oscuridad y sombras, que causan expectativas entre el público asistente la obra de terror, “El Sótano” llegó el pasado 19 de octubre a sus 300 representaciones, con la actuación de Ivonne Montero, Luis Felipe Tovar y Camila Suárez, quien comienza su carrera como actriz infantil.
Esta producción de Omar Suárez y Edgar Méndez, dan vida a una puesta en escena vibrante, que mantiene al público en suspenso y conmovido por el desarrollo de la trama interpretada por un elenco que se ha consagrado en cine, teatro y televisión.
La puesta en escena, que llegó a México con una propuesta diferente de suspenso, ha tenido mucho éxito en Guadalajara Jalisco, y el montarla en la Ciudad de México tiene la finalidad de que dure mucho tiempo en cartelera, lo cual está logrando con los cientos de representaciones que hasta el momento lleva, más las que le faltan gracias a la aceptación que está teniendo por parte del público.
Durante su desarrollo se juega con la iluminación, gracias a la técnica de mapping, que consiste en proyectar imágenes en tridimensionales en el escenario; con lo cual se logra que la gente no sepa la diferencia entre la realidad, entre objetos físicos, que están presentes, o que son hologramas u objetos que nada más son proyecciones, a decir del productor.
El Sótano, está basada en el relato de Koji Suzuki, autor de El aro, que muestra al personaje de Ana Müler –Ivonne Montero-, una mujer que después de separarse de su marido y con muy poco recursos, decide alquilar un departamento en las periferias de la ciudad, acompañada de su pequeña hija Isa.
El misterio se desarrolla en un viejo edificio a punto de derrumbarse, como una víctima de los terremotos que aquejan a la ciudad. Al entrar se encuentra con Damián-Luis Felipe Tovar-, el conserje del edificio y aparentemente el único habitante del mismo.
Ana, escucha las deplorables condiciones en las que se encuentra el edificio pero debido a su falta de dinero decide quedarse, aunque elige el apartamento uno, ya que le teme a las alturas y además lo considera peligroso para su hija.
Damián, trata de ser amigable con Isa, pero Ana le cuenta que la pequeña no habla desde que su padre se fue y solo se comunica a señas y mediante la escritura.
Lo que pareciera un nuevo comienzo de vida, se convierte en una pesadilla, por los sucesos inexplicables, que empiezan a ocurrir en el departamento y sobre todo en el sótano, del viejo edificio.
Con esta obra, el teatro Fernando Soler se convierte en una atmósfera inquietante y llena de miedo, es toda una experiencia el imaginar lo que sucede ya que junto con los ruidos que se producen en “El Sótano” se mantiene todo el tiempo al espectador cautivo.

El Final refleja la lucha humana
Por: Carlos Alberto García
La soledad, la vejez y la muerte, son temas que muchas veces no consideramos o no queremos aceptar, pero que llegan tarde o temprano; estos sentimientos, procesos o experiencias, son abordados magistralmente por el actor Arturo Ríos en la obra El Final.
En esta puesta en escena, que denota la complejidad y poesía que caracterizan a Samuel Beckett, el actor celebra medio siglo de trayectoria artística al interpretar a un anciano excéntrico, que lucha por la supervivencia y la dignidad en medio del aislamiento y la deshumanización.
Bajo la dirección de Ana Graham, Ríos interpreta a este personaje que, tras ser expulsado de su última morada, enfrenta un autoexilio social. ¿Por qué está solo? ¿Está loco? ¿De dónde viene y a dónde va? Estas y otras preguntas acompañan su tránsito por las calles de Dublín, entre la indiferencia de sus habitantes.
El actor se refirió a los inicios de su carrera: “Un muchachito de 17 años que trabajaba sacando copias en una dependencia de gobierno y que esperaba jubilarse a los 60 años, fue convidado a participar en un grupo teatral de aficionados. Allí descubrí la vocación y también la profesión a la que me dedicaría durante toda mi vida: la actuación; y dentro de esta, en particular, el teatro. El teatro me ha dado todo: compañeros, amigos, casa, comida, viajes, e incluso una familia que es y vive gracias a la actuación. ¿Y si no hubiera aparecido el teatro en mi vida? ¿Qué hubiera sido de mí? No sé. Lo que sí sé es que apareció y cambió radicalmente mi destino. Con el teatro me descubrí a mí mismo como posibilidad, realización y trascendencia. Con el teatro pude ser yo y más que yo.”
Ana Graham, quien ha trabajado con Ríos desde hace más de 25 años, comentó: “Dirigir a Arturo Ríos es un privilegio que me llena de orgullo y gratitud. Es particularmente significativo que haya elegido El Final para celebrar sus 50 años de trayectoria, porque fue la primera obra que dirigí. Arturo, además de ser un gran amigo y cofundador de Por Piedad Teatro, confió en mí de manera incomprensible al animarme a tomar la dirección de este proyecto. La puesta en escena es el resultado de un proceso de co-creación donde el respeto mutuo y la amistad se entrelazaron con la pasión por el teatro. Esta nueva temporada no solo honra la carrera de Arturo, también celebra nuestra colaboración y al teatro mismo”.
Como parte de la celebración por las cinco décadas de carrera de Arturo Ríos, además de la temporada de 21 funciones de El Final, en el vestíbulo del teatro, se puede apreciar una muestra fotográfica de algunas de las puestas en escena en las que ha participado, así como conversatorios posteriores a algunas funciones.
La temporada inició el 3 de octubre y continuará hasta el 9 de noviembre, con funciones los jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas, en el Teatro El Granero Xavier Rojas, del Centro Cultural del Bosque.
El monólogo, contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, en colaboración con Por Piedad Teatro.


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Una mirada a la Basilíca de Guadalupe
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